Inconciencia

En ese momento desperté. A mi alrrededor el universo entero se volvía tétrico, lúgubre, oscuro. Bah!, no veía nada.
Cuando abrí los ojos pensé que aún los tenía cerrados. Por más que me esforcé en mirar hacía adelante, a los costados, hacía arriba y abajo(lo que suponía, «Arriba» y «Abajo») no podía ver nada, no percibía siquiera luz alguna que pudiera darme la sensación de distancia, de espacio. La relatividad me importó un comino. Mil trenes y paradojas asociadas vinieron a mi mente solo para ser escarnio de mi burla hacia su poca practicidad en mi situación. «Velocidad Luz!». Ja!. Alli seguro que no!.
El primer momento sentí solo eso, ausencia de luz, ausencia de espacio/tiempo, al instante sentí la confusión, la desesperación de no saber dónde, ni cuando estaba. No podía precisar lugar, fecha o cualquier otro dato que me diera la sensación de espacio, de comodidad (Estaba cómodo alli?). De pronto me encontré perdido en lo absoluto extremo. Grité!, Volví a hacerlo! Otra véz lo intenté!

El silenció se cernió sobre mi de manera vertiginosa haciéndome conciente de lo terrorifico de la situación. Tampoco podía gritar, hablar, balbucear, o producir sonido alguno. Estaba, no solo perdido y ciego sino también sordo. Por alguna razón en aquel lugar el sonido parecía no poder propagarse según las reglas de la física conocidas al igual que la luz.

Estiré las manos hacia el frente para intentar palpar mi aposento silencioso y oscuro y nada, hacia las costados y nada. Moví los pies en actitud frenética para solo sentir el vacio absoluto. Traté de tocarme las manos entre si. Anhelaba sentir algo familiar como una caricia o una mirada y esta vez solo me tenía a mi. Otra vez no sentí nada!!!.

De pronto, en medio de toda aquella oscuridad sentí una voz a lo lejos y un pequeño trueno distante. «_Marcos!», y el trueno!. Otra Vez lo mismo… «_Noooooo», y otro trueno. Un rayo cruzó ante mi regalandome medio segundo de claridad para contemplar dos figuras borrosas inclinadas sobre mi. Barbijos y gorros!. Otra Vez, Otro rayo!. Gente conocida, amigos, mi esposa. Escenas de mi infancia, mi primer beso, la noche en que murió mi padre… Hojas otoñales amarillas cayendo sobre un paisaje blanco y negro… «_Eso es todo». La luz al final del tunel… Una llamarada!.