En primer grado la directora de la escuela me puso de apodo «piquito de oro». Si si, no tenía el mismo trato que vos con la directora, ella y mi mamá (docente) eran muy amigas. Lo obvio, de todas formas, está ahí: yo hablaba mucho. Hablo un montón. A veces hablo de más y a veces las palabras no me alcanzan. (estoy haciéndolo otra vez no?). La cuestión es que hablo con muchas personas, que me hago amigo fácilmente, que soy bueno comunicando por este «don/castigo» y que disfruto mucho una charla. Un café en un bar con un amigo/a puede cambiar mi día. No exagero, realmente puede cambiar mi día. Aún así hay cosas que puedo decir y cosas que no. Temas que no me salen o no sé como llevarlos en una conversación. No soy psicólogo ni un discípulo de «Dale Carnegie» y eso no es algo únicamente mío, es de muchos. El no poder decir todo, el no encontrar a la persona justa para «descargarnos». Es la confianza, es el mismo idioma, los mismos códigos los que hacen esa unión posible..
Hablamos con todos, con amigos, familia, compañeros de trabajo, todo el tiempo. La comunicación es uno de los argumentos evolutivos más fuertes. Es la forma que tenemos de transmitir ideas, de obtener ayuda, de negociar, de lograr. La forma que usamos para mancomunar esfuerzos en objetivos comunes. Es el diálogo lo que potencia la capacidad humana haciendo de un grupo de personas un método para un objetivo común, lo que diversifica una idea. Se entiende a dónde apunto?. Ahora, el diálogo pasó de ser , una herramienta para los logros humanos, a convertirse en un punto dónde las cosas superfluas se vuelven importantes. Y de eso se tratan las relaciones.
Nos sentamos a tomar un café, vos y yo. Charlamos. Cinco segundos después estamos diciendo pavadas. Cinco segundos después es mucho tiempo, seguramente venimos hablando sandeces desde antes. Es malo?. Nooooo, es increible. Es volar. Nos ponemos a hipotetizar sobre casos que jamás van a suceder. __Che, mirá si tu hermana tuviera alas!. Sería un jet de combate!!!. Jajaja. (Bue, las hermanas por ahí no son un claro ejemplo de un chiste entre amigos, seguro termina mal) O… __pibe, sos un radiador!, te comés todos los bichos!. (esto es más común). Ironizamos, lanzamos hipótesis, creamos mundos alternativos y hacemos chistes low/medium/high entre nosotros… y nos comunicamos. Creamos un vínculo, fortalecemos una relación en base a frases de un dudoso sentido estricto, pero como nos divertimos haciéndolo!. Ese tipo de relaciones, esa clase de vínculos hacen que amistades se vuelvan eternas.
Retomo, hablamos con mucha gente a diario, con todas tenemos relaciones más o menos similares. Conocimientos más o conocimientos menos, sobre ellos, sobre nosotros, armamos vínculos; pero una vez cada cierto tiempo nos ocurre que encontramos a alguien que rompe con todos esos esquemas relacionales. A veces uno se topa con gente que tiene formas, maneras, recursos que nos llegan más que otros. Gente que habla tu mismo idioma. No tenés que explicar todo lo que decís, te entiende. Tienen gustos similares y eso acorta las brechas, piensan parecido, creen parecido y ven la vida de forma parecida. Ni hablar si esa persona entiende tus silogismos profesionales. Soy un nerd, la gente a veces no entiende todo lo que digo, todas mis referencias, mis voladas… y muchas veces tengo que detenerme a explicar lo que sucede. Es complicado… pero con esa persona sentís que ese idioma que los une es mágico. No necesariamente tienen que tener una profesión en común, ni vivir en el mismo barrio. A veces son de provincias distintas, de continentes distintos tal vez, pero con una forma parecida de ver la vida. Hay parejas que nacen así y hay amistades de toda la vida que nacieron de la misma forma. Lo que rescato es la sensación que une tiene antes esos eventos. No son comunes, no es común encontrar gente con la que congenies así, pero sucede. No lo desaproveches. Uno se siente embargado, casi completo. Comienza como algo normal y se convierte en una especie de gozo interno. Se siente comprendido. A veces esto lleva a relaciones dónde se vuelven muy confidentes. Amigos invaluables donde cada circunstancia especial del día, cada anécdota es algo que querés compartir con esa persona. Esa es la relación que yo llamo «Un mismo idioma». Todas las demás relaciones uno las mide en base a esos «topes de confidencialidad» donde aprendemos a catalogar entre conocidos, amigos, muy buenos amigos, amigos especiales y… mi mejor amigo!.
Ya sé, no pasa siempre, no a todos pero quiero rescatar eso, quiero rescatar la idea del mejor amigo.
Saliendo de la adolescencia, cuando uno crece y los caminos se dividen comencé a descreer del título «Mejor amigo/a» hoy lo entiendo mejor, hoy comprendo que no es pasar todo el tiempo del día, que ya no comprende tener actividades en común ni vagar todo el rato, ni contar problemas de amores y escucharlos, es otra cosa; es una más profunda e implica y agrupa un sin fin de otros sentimientos que ni sabés que tenés. Eso valoro, eso comprendo.
Los caminos se siguen dividiendo pero también se siguen juntando, la entropía no es tal. Cuando tengas una charla con alguien nuevo y te des cuenta de esto, te des cuenta de que hablan con las mismas ideas cuidado!, puede ser el comienzo de algo bueno, conociste a alguien que habla tu mismo idioma.